JUNIO
Sentada en el coche, las ventanillas abiertas. Esperando a tu hija entre otras hijas que pisan alegres los jardines. Los hombros al aire, las risas, el color azulado de las altas sandalias. Todas jóvenes y hermosas, como un día tú lo fuiste y el deseo era una espiga que ardía en las noches de junio. Como esta, en que la ves llegar, radiante, feliz, con todo el futuro en sus ojos.
Pablo Garcia Casado
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