BIENAVENTURADOS
Qué descansada vida
la de quien no ambiciona
más que un lento desfile
de nubes por el cielo.
Feliz aquel que se demora
en la luz del crepúsculo;
el que acaricia los recuerdos,
el que se reconoce
en la brizna de un pétalo.
Dichosos los que ignoran los relojes
bajo la sombra de la higuera;
los que con una flauta de bambú
conversan con flores y pájaros.
Los que dejan, como señal
de su paso por este mundo,
una hermosa alameda
donde crecen las flores del recuerdo.
FLORENCIO LUQUE
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