Pude ser un animal hermoso: un superwealter, un nadador
olímpico, el Batistuta del amor. Pero no. Vivo, respiro y
camino con el sueño perpetuo de la muerte. Pude ser un
animal hermoso pero soy una mosca de veinticinco años
sin visa ni trabajo. Floto sobre Heredia porque Heredia es
un mierdero. Repito: el sueño es radicar en las cercanías de
la muerte. Me redimo enviando cartas de amor por redes
sociales. Zuckerberg aparece en una cruz mientras fumo.
Cada bocanada cuelga sobre la decepción de mis padres.
Las personas importantes en mi vida se difuminan entre
filtros. Nadie sobrevive. Me digo.
Diego Quintero Martins
(es un poeta costarricense, nacido en Tashkent, Uzbekistán, en 1990).
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