Nicarágua
Ya no piso las calles que me vieron
crecer. El vocerío de mi barrio
ha sido devastado por los años.
Los gallos han dejado de cantar.
Los grillos han mutado su cri-cri.
Aquella doña que vendía tiste
para ganarse el pan ha fallecido.
En el parque divagan almas muertas
de amigos que decían ser amigos.
Me siento solo. Solo y desgastado.
Qué tristeza saber que las personas
se oxidan, mueren como rama en álamo.
Qué asfixiante dolor, la incertidumbre
de no saber lo que pasó con eso
que ya no está en su sitio: la familia,
los vecinos, la ropa, los retratos;
partículas de polvo malolientes.
Difícil decisión volver a casa
y no reconocer lo que viviste.
Crecer es desprenderse del ayer.
*** William González Guevara ***
Sem comentários:
Enviar um comentário