EL aire herido lanza un ruego,
una plegaria,
por este extraño país que tiene a Lorca el poeta
en las alturas de lo cultural,
y al mismo Lorca anónimo diluido en los campos,
perdido, oculto y desaparecido.
Alzad el ciprés ya.
Abrir la tierra.
Un ruego necesario ahora,
una plegaria urgente,
por esta terrible cárcel de muerte en Lugo,
donde fueron tanto el terror y tanto el llanto.
No más silencio ajado.
Ni vergüenza.
Inexplicable y ruin es tanto engaño,
tanta desmemoria y ajada Democracia.
Hágase ya la luz.
Venga su claridad sin miedo.


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